miércoles, 5 de junio de 2013

Un trocito de mi vida

Miércoles 14 de abril fue el día elegido por mí para nacer. Era un día de lluvia torrencial en Santiago, por lo que el traslado al hospital tuvo sus dificultades.  Para mi buena suerte no iba a vivir ese momento de respirar por primera vez aire y abrir los ojos para ver a mi mamá sola, tenía a una compañera que me estaba acompañando ya desde hacia 9 meses dentro de la barriga de mi mamá. Nací primero, luego de 2 minutos nació mi hermana gemela Deborah.  Todo el procedimiento estaba acompañado del miedo que sentía mi madre por la posibilidad de que naciéramos siamesas. Menos mal todo salió bien.

Después de ese día volvimos  a casa para vivir junto con mis 4 hermanos y mis 2 padres. Mi infancia la pase todo el tiempo con mi hermana. Ya ni hablar como los demás me apuraba porque mi hermana y yo nos entendíamos, con eso bastaba. A la edad de 5 años tuvimos que cambiarnos de casa, pero dentro de la misma comuna. Esta vez viviríamos junto a mis abuelos y tíos en el cerro San Cristóbal. Todo acompañado de un sitio en que no vivía nadie en el cerro, lugar ideal para jugar. Nos hicimos amigas con algunas vecinas y cada vez que llegábamos del colegio a la casa esta era mi rutina: Almorzaba, me cambiaba ropa, tareas y salir a jugar a la calle. Las tareas trataba de hacerlas lo más rápido posible para poder jugar en la calle. Recuerdo que el juego que más disfrutaba era jugar a la pelota.
Pasó el tiempo con la misma rutina, tanto para mi hermana como para mí, y nos cambiamos de colegio, ahora al Liceo 7 Teresa Prats de Sarratea. Intimidaba la idea de cambio de colegio, pero tenía demasiado presente que si seguía ahí mis capacidades no estarían utilizándose al 100%. Llegue al colegio nuevo y, para qué mentir, el uso de mis capacidades aumento, pero también aumentaron la participación en otras áreas como el deporte (basquetbol principalmente). Entonces no logre equilibrarme, más bien porque me iba bien en el colegio sin mayor esfuerzo, y deje los estudios un poco de lado para dedicarme de lleno a aprender este nuevo deporte.
Ya terminando la etapa escolar pase el periodo más depresivo que haya tenido antes. Los cambios de personalidad, mis gustos, mis metas cambiaban constantemente. La relación con mis papas y mis hermanos no era la mejor, y eso me deprimía aun más. Terminado ese periodo llegaba la PSU y admisión a alguna universidad. Yo lo único que sabía era que quería salud en la Universidad de Chile. Según los resultados postulé a Obstetricia en esta universidad, pero después de un año dentro me retire y di la PSU de nuevo, con la misma esperanza de quedar en la Universidad de Chile otra vez, y lo logré, esta vez entre a Terapia Ocupacional, carrera que me encanta cada día que conozco más de ella.

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